Desafiando Estereotipos y Reclamando la Feminidad: Un Viaje Personal de Empoderamiento Femenino

A lo largo de mi vida, he escuchado repetidamente cómo las “cosas de mujeres” supuestamente resultan aburridas o poco atractivas para los hombres. Incluso he sido testigo de listas que detallan por qué a los hombres no les gusta que las mujeres realicen ciertas actividades o adopten ciertos gustos. Lamentablemente, esta presión social llegó a un punto en el que dejé de participar en lo que consideraban “cosas de mujeres”, simplemente porque se percibían como demasiado femeninas. Curiosamente, en ese momento, esa no era la tendencia; lo que estaba de moda era adoptar comportamientos más masculinos, menos dulces y más orientados al estilo roquero.

Decidí alejarme del maquillaje, del cuidado de mi cabello y piel, y hasta del color rosa. Evité todo lo que pudiera proyectar una imagen excesivamente femenina. Mi personalidad se volcó hacia el uso constante de ropa negra, botas imponentes que sugerían una dureza industrial y la renuncia a cualquier tipo de maquillaje solo delineador oscuro que pudiera transmitir un aire más oscuro y rudo estaba permitido. Parecía que adoptar este estilo era la clave para ser considerada “cool”.

Con el tiempo y el avance de la liberación femenina, las mujeres hemos logrado liberarnos de estas expectativas externas. Este cambio en la percepción y expresión de la feminidad refleja una evolución cultural en la que las mujeres están tomando el control de sus propias narrativas y redefiniendo lo que significa ser femenina en un contexto más inclusivo y diverso.

En un año como 2024, gracias al empoderamiento femenino y después de la fiebre del relanzamiento de Barbie (rosa rosa y más rosa), finalmente pudimos sentirnos orgullosas de nuestra feminidad. Aunque sabíamos que seríamos juzgadas y criticadas por al fin reclamar de vuelta el color rosa y ser percibidas como coquetas, también reconocíamos que estas críticas eran un reflejo de la presión de la masculinidad tóxica que había llevado a las mujeres a alejarse de cosas tan simples como el maquillaje y en su defecto algo tan insignificante como un color.

La tendencia coquette, para mí, representa la manera en que las mujeres han estado redefiniendo y reclamando su feminidad de maneras diversas. Abogan por una expresión más auténtica y liberadora, con vestidos de holanes rosas inspirados en el ballet, la presencia de moños, maquillajes con rubores rosados y sombras de ojos brillantes. Esta expresión está inspirada en el Renacimiento, las musas, el ballet y la hiperfeminidad. Puede manifestarse en actitudes y comportamientos estereotipados, como la delicadeza extrema. Algunas mujeres adoptan esta expresión femenina exagerada como una forma de afirmar su feminidad en un contexto donde la igualdad de género se ha convertido en un tema importante.

Es alentador ver la aceptación de la feminidad en sus diversas formas, ya sea en expresiones más tradicionales o en manifestaciones más contemporáneas y coquetas, destaca la importancia de la diversidad y la autenticidad en la definición de lo que significa ser mujer.

En última instancia, la conversación sobre género y expresión individual es compleja y diversa. Cada persona tiene el derecho de definir su propia identidad y expresarse de la manera que le resulte más auténtica, independientemente de las expectativas sociales preestablecidas.

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