Tener carácter no es tener mala actitud (aunque me lo dijeron mil veces)

Desde chiquita tuve carácter.
Y no el tipo de carácter que premian en los hombres (“¡qué decidido, qué valiente, qué líder!”), sino el que en una niña incomoda.
El que te hace escuchar:

“No seas tan mandona”
“No contradigas a tu papá”
“Así nadie te va a querer”
“Pareces hombre con esa forma de contestar” 🙃

Spoiler:
❌ No estaba en mis días
❌ Sí me han querido (aunque no siempre bien)
❌ No parezco hombre.
✅ Parezco una mujer harta de tener que lidiar todo.}

Crecí entre mensajes contradictorios:
“Sé fuerte, pero no demasiado.”
“Defiéndete, pero no hagas escándalo.”
“Exprésate… pero con una sonrisa bonita :)”

Me han cerrado puertas por hablar claro, por no fingir una sonrisa, por no decir que sí cuando quería decir que no.
Me han corrido de lugares donde jamás debí quedarme tanto tiempo.
Y aunque dolía, aunque me hizo dudar, hoy lo veo distinto:
hay espacios que me rechazaron por ser demasiado… pero gracias a eso, creé el mío.

Me he sentido culpable por contestar, por llorar, por alzar mi voz.

Por hablar como hablo. Por sentir como siento.
Por ser siempre demasiado algo.

Pero hoy sé que tener carácter no es tener mala actitud.
Que quejarse es una forma de cuidarse.
Que si te llamaron rebelde por no quedarte callada, probablemente hiciste lo correcto

💥Quiero ser una mujer libre.

Y eso, a veces, se ve como una rabieta.
Pero en realidad, es el principio de una vida propia.
Una que yo elijo. Aunque a veces duela. Aunque a veces grite. Aunque no les guste 🛡️💄

Nos leemos en la próxima descarga emocional.
Vavi, la intensa que no se va a disculpar por serlo. 💻🧃

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